¿Quién es el culpable de acabar con el “felices para siempre”?
¿Te casaste pensando que era para siempre, que las cosas nunca iban a cambiar, que el amor era eterno y hoy te das cuenta de que no es así?
¿Quién es el culpable de acabar con el “Y vivieron felices para siempre”?
Qué es lo que pasa que con el tiempo los problemas aumentan, o se hacen más grandes o baja la motivación para enfrentarlos y pareciera que las soluciones se vuelven más complejas o inalcanzables.
Hay varios puntos que hay que considerar, pero si queremos encontrar un único culpable, serían las expectativas.
Pero qué es lo que pasa con las expectativas, ¿cómo se transforman en problemas? ¿qué tipo de problemas generan?
Vamos a analizar algunos de ellos para que puedas identificar a los culpables de terminar con tu felices para siempre.
1. Actitud negativa.
Cuando estas esperando que se den cosas y por más que haces no acaban de cuadrar con tus expectativas, podemos caer en ciclos de negatividad, de pesimismo. De forma automática, ponemos nuestra atención en lo que falta, en lo que no está bien, en lo que no nos gusta, lo que nos hace tener una actitud negativa ante todo. Exageramos los defectos del otro, lo culpamos de no obtener lo que queremos y no vemos lo positivo, no vemos todo lo que si hay, lo que si hace, lo que si tiene. Cuando nos cegamos a lo positivo, lo que vemos va a confirmar nuestras dudas o temores y se sigue alimentando el ciclo de negatividad
2. No enfrentar los problemas de forma asertiva.
Cuando entras en una relación con la expectativa de que todo sea perfecto, de que no haya discusiones ni problemas ni retos, va a ser muy difícil que cuando se presente alguno de los anteriores los resuelvas de forma asertiva, es decir de forma que las dos partes queden satisfechas con la solución o la negociación.
Si los problemas no se resuelven de forma que las necesidades de ambas partes sean escuchadas y atendidas, se va a sembrar la semilla de la duda del compromiso y los sentimientos del otro hacia la parte que siente que no se atendieron sus necesidades.
Esto se va acumulando con el tiempo hasta que muchas veces ya no se identifica de donde viene el malestar, el enojo y las discusiones se vuelven más sin sentido.
3. No hablar de necesidades y/o aspiraciones.
Cuando en la pareja no se habla de lo que necesitamos o no escuchamos lo que necesita el otro, va a ser muy difícil que nos sintamos escuchados. Una forma de dar apoyo es precisamente escuchar lo que el otro necesita para poder identificar en qué lo podemos apoyar. Las necesidades están muy ligadas a las expectativas. El hablar de las primeras nos permite actualizar y tener presente las segundas para poder encontrar las acciones óptimas para cumplirlas y así tener a dos personas en una pareja que se sientan satisfechas. Pero todo comienza con la comunicación, hay que hablar de estas cosas para poder encontrar puntos en común que funcionen para ambos.
Empieza por identificar los temas de los puntos anteriores en tu relación, encuentra la forma de comunicarlo y de atenderlos para así seguir construyendo tu felices para siempre.
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