¿Prefieres que te tengan miedo o respeto? ¿Qué es mejor?
¿Prefieres que te tengan miedo o respeto? ¿Qué es mejor?
¿Eres de las mamás que inspiran respeto o miedo? ¿Cuál crees que es mejor?
¿Qué prefieres, que tus hijos te tengan miedo o respeto?
¿qué es mejor? ¿qué les conviene a ti y a tus hijos más? Hoy vamos a hablar de este tema, soy Mariedith, bienvenidos al blog.
Entre libros y entrevistas, este es un tema del que he escuchado hablar y me parece muy interesante porque tiene como base, primero, la forma en la que nos educaron y después la forma en la que elegimos educar a nuestros hijos.
Voy a dividir los conceptos para hablar por separado de ellos para entenderlos mejor.
Comenzando con el miedo, ¿qué pasa cuando sentimos miedo? ¿por qué sientes miedo? ¿a qué le tienes miedo?
En general, puede ser a cosas que te pueden dañar tanto física como mental y emocionalmente. Tememos al dolor, al fracaso, al ridículo, por ejemplo. En tu casa, ¿le tenías miedo a tus papás?, ¿por qué? ¿qué es lo que te hacía temerles?
Muchas veces es más fácil inspirar miedo porque tiene más que ver con una postura autoritarista, inflexible, que coerciona y manipula para que se haga lo que uno quiere. Muchas personas eligen inspirar miedo porque implica menos trabajo, no hay que ver que necesita el otro, simplemente hay que obligar a través de amenazas, actitudes o acciones a que el otro ceda ante nosotros.
Cuando como papás elegimos inspirar miedo, no estamos pensando en lo que necesitamos hacer para que nuestros hijos sean partícipes de su educación. No establecemos reglas y límites claros y somos congruentes y consistentes con ellos. Esta sería la parte que nos toca a nosotros, tiene que haber una corresponsabilidad en la relación de padres e hijos.
Cuando nuestros hijos obedecen por miedo solamente, no tenemos la seguridad de que hayan entendido el beneficio de lo que están haciendo y como resultado desarrollen el auto control y la auto determinación necesarias para que cuando no estemos sigan eligiendo lo mejor para ellos. Muchas veces es cuando caen en conductas irresponsables que los llevan a meterse en problemas, porque la figura que inspiraba miedo ya no esta y es una forma de rebeldía y de querer probar el otro lado.
¿Qué pasa cuando sientes respeto? ¿cómo te sientes hacia las personas que respetas? ¿las quieres menos porque las respetas o no afecta tus sentimientos hacia ellas?
El respeto requiere de más trabajo, el respeto se gana, el miedo se impone. El respeto se va construyendo con el tiempo a base de ser íntegros, es decir, los primeros que tenemos que vivir los valores que predicamos somos nosotros. Tenemos que guiar con el ejemplo. Después necesitamos trabajar con lo que es, con lo que nuestros hijos requieren de nosotros de acuerdo a quienes son, no a quienes quisiéramos que fueran. Tenemos que trabajar con la realidad de nuestras circunstancias, de nuestro entorno.
Ya que tenemos la consciencia de lo anterior, entonces pasamos a buscar como implementar reglas, marcar límites y cuando lo hagamos, tenemos que apegarnos religiosamente a ellos. Parte del trabajo de ganarnos el respeto de los demás es también la constancia y congruencia de nuestras acciones.
Creo que hoy en día muchos padres de familia tienen miedo de sentirse mal, de no saber que hacer con sus hijos, no quieren una relación como la que tuvieron de niños que probablemente percibían como una relación basada en el miedo y no están sabiendo ajustar su estilo de maternidad con su situación particular.
Si nos hacemos conscientes de la educación de la que venimos y le quitamos los componentes que nos hacían sentir miedo, ¿con qué nos quedaríamos? ¿qué cosas de las que hacían nuestros papás son rescatables? ¿qué cosas hicieron, que agradecemos, porque nos hicieron ser quienes somos hoy? ¿cómo las podemos adaptar a nuestra realidad?
Tenemos que quitarnos de la cabeza que tenemos que ser amigos de nuestros hijos, nuestros hijos tienen amigos, lo que necesitan de nosotros es que seamos sus padres. Esto no quiere decir que no pueda haber una relación de cercanía y confianza con ellos pero tiene que venir desde asumir nuestro papel como la autoridad en la casa a la que se le respeta. Si no hay una jerarquía, no hay orden y sin orden no hay claridad.
Los hijos necesitan que como adultos les demos seguridad a través de marcar las reglas para que ellos sepan cómo se tiene que jugar el juego de crecer y salir al mundo, sabiendo que hay alguien en quien pueden confiar siempre para que les ayude a entender y a entenderse. Cuando tenemos las reglas del juego claras, es más fácil respetar al árbitro que las marca acorde a ellas y respetamos y disfrutamos más del juego.
¿Tu qué prefieres sentir por los demás, miedo o respeto? ¿Tú que vas a elegir? ¿Qué prefieres que tus hijos sientan por ti? ¿Cómo puedes aplicar el tema de hoy a tu realidad?
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