¿Estas a merced del (la) innombrable?
Tienes problemas con el innombrable, no te pase la pensión como debe, no te ayuda en nada, te hace la vida imposible…
Esta es una situación que desafortunadamente es común en los casos de separación. Hoy te tengo algunas recomendaciones que te pueden ayudar recuperar en la medida de lo posible el control de tu vida y tener más paz.
No se trata de que el otro cambie, lo que te voy a decir no lo va a cambiar o a mejorar, esto no esta en mi control y tampoco en el tuyo. Esto es lo primero que tienes que entender. Con la única con la que puedes trabajar, es contigo.
El que cumpla con sus compromisos, con la sentencia de un juez, con el ser buen padre, con llevar una relación madura, no depende de ti, depende del otro.
Lo primero que tienes que entender, es esto. Lo único con lo que puedes trabajar para recuperar el control de tu vida, para dejar de vivir y sentir a expensas del otro, es que tu no puedes hacer nada para que cambie.
Y para eso hay que trabajar con la realidad, con lo que es. Esto no quiere decir que lo que te diga hoy te resuelva la vida por arte de magia, requiere toma de consciencia, de madurez y de desapego y esto no es fácil. Mucho menos cuando hay hijos de por medio, porque se generan muchas expectativas.
No se trata de definir o estipular lo que es justo o correcto, tampoco quiere decir que justifique, condone o exima de responsabilidad a la otra parte. Que tu tomes el contro de tu vida, no quiere decir que lo liberes de responsabilidad.
Empieza por definir:
¿Qué si puedes controlar?
¿Si el no estuviera, qué necesitarías hacer o quién tendrías que ser para recuperar tu tranquilidad, tu paz?
¿Cómo puedes organizarte para no estar a la expectativa de lo que “debería” ser?
¿Cómo puedes evitar recibir “sorpresas” desagradables que aumentan tu decepción y frustración?
¿Cómo puedes salirte del papel de víctima y cortar con la manipulación económica o emocional?
¿Cómo cambias las cosas para evitar tener un ambiente negativo y tóxico que afecta a tus hijos?
Cuando las mamás estamos mal, los hijos están mal. Les pasamos nuestras emociones, preocupaciones, nuestra forma de ver las cosas. La realidad es que nos guste o no, el papá va a ser siempre eso, su papá.
¿Cómo puedes cambiar tu perspectiva, cómo puedes darle otro enfoque a los conflictos con tu ex?
¿Cómo lo puedes hacer más manejable para ti, y al hacer esto, darle herramientas a tus hijos para poder también manejar la situación?
Es agotador, desgastante, estresante estar confrontando expectativas con realidad, esperando que un día las cosas cambien y los seres humanos somos criaturas de hábitos, de creencias. Estas creencias tienden a estar tan arraigadas que nos obligan a defenderlas con uñas y dientes a costa de nuestro bienestar y felicidad. ¿Qué prefieres, tener la razón, o ser feliz?
La felicidad, la tranquilidad, requieren casi siempre que trabajemos con la realidad. Para tener una felicidad verdadera, que realmente nos haga sentir bien, tenemos que trabajar con lo que es. No puedo ser feliz o feliz a medias pensando que esto es pasajero, que mañana ya va a reaccionar por sus hijos, que va a ser o a hacer lo que se espera de el.
Mientras sigas esperando, seguirás atada a el, a su merced.
Lo que si puedes hacer es cambiar tus creencias, tu programación, tus paradigmas por unos que te sirvan, que estén actualizados para funcionar con tu situación actual.
En una relación, juntos o separados, cuando hay conflictos tiene que haber una parte más madura una parte centrada, serena, responsable que pueda tomar distancia y traer opciones a la mesa para negociar o para cambiar la pespectiva en pro de tener la mejor convivencia posible, de otra manera nadie va a estar bien.
Esto depende de quién quiere estar mejor y estar mejor no significa acuérdate siempre tener lo que quieres. Muchas veces estar mejor implica negociar implica ceder pero éste ceder o negociar se logra trabajando con la realidad. Cuando aceptamos nuestra realidad nos liberamos de todas las cosas que no podemos controlar y entonces sí podemos empezar a organizarnos, encontramos estrategias eficientes, métodos, sistemas, ideas, acciones que nos lleven a estar lo mejor posible y conseguir lo que queremos o necesitamos por nosotras mismas. Retomamos el control de nuestras vidas.
Atrévete a sacarlo de tu vida de una vez por todas. Deja de seguir esperando, de seguir enganchada. Nada de esto le quita responsabilidad, lo exime de sus compromisos o hace que todo este bien. Lo que hace es regresarte al asiento del conductor desde donde puedes poner tu energía, tu atención, tu enfoque lejos de su resistencia. Desde donde puedes dirigirte a una vida más en paz, donde tu definas qué quieres y lo puedas conseguir, donde puedas por fin recuperar tu escencia, tu yo, tus proyectos, tu bienestar, tu vida.
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