¿Eres un "preocupón" profesional?
¿Eres de los que se despiertan a mitad de la noche a hacer listas de pendientes, a querer resolver todos los problemas que se puedan presentar al día siguiente en la junta, reunión, etc. Que no pueden dejar de pensar en cómo el alza de los precios va a afectar la economía mundial y por tanto sus vacaciones de verano y piensan en todo lo que podría pasar y todas las posibles formas de resolverlo?
Si contestaste afirmativamente, eres un "preocupón" profesional.
El problema con la preocupación, es tal como lo dice la palabra que es: pre-ocupación, antes de ocuparte. Cuando tu necesidad de control, ansiedad, miedos, mantienen a todos esos pensamientos en tu cabeza, lo único que vas a poder hacer, es hacerlos cada vez más grande, es decir, aumentar tu preocupación.
La preocupación es un monstruo que se alimenta de el mismo y vive en una nube. En tanto sigas manteniendo el prefijo –pre-, nunca bajará a la realidad y cada vez tu creatividad e imaginación lo seguirán alimentando.
Es como cuando tu hijo te dice que no puede dormir porque hay un monstruo en su cuarto. Si lo niegas o lo dices que no pasa nada, o que se vaya a tu cama, o que deje la luz prendida, el monstruo seguirá apareciendo y se hará cada vez más grande y amenazador, porque no es algo real, algo razonado con lo que podamos trabajar de forma concreta.
Si en cambio, le pides que te lo describa, lo dibuje, lo vea claramente para reconocerlo, se volverá algo con lo que podrá trabajar para enfrentarlo, desaparecerlo o hasta hacerse su amigo.
Es lo mismo con la preocupación. Así que cuando un pensamiento de estos surja, permítete un tiempo específico para atenderlo. Puedes hacer citas con tu preocupación. Establece un horario en el día de no más de 10 minutos en los que le vas a dar toda tu atención a esto que te preocupa tanto. No más, no menos.
¿Pregúntate si eso que te preocupa lo puedes resolver tu? ¿lo puedes resolver hoy?
Si es así, escribe lo que tienes que hacer para resolverlo y –ocuparte.
Si no es así:
-Imagina que tus pensamientos son el “conocido” negativo/conflictivo y sígueles la corriente, no te enganches con ellos.
-Responde a estos pensamientos de formas creativas y divertidas, aceptándolos.
Ejemplo:
Preocupación: ¿Y si llego a la escuela y se me rompe el tacón del zapato justo antes de entrar?
Sigue con: si, y luego me meto a la junta cojeando y me piden que pase al frente y “sin querer” le aviento al tacón a la mamá del amigo de mi hijo que lo bulleo….
-Enfócate en tus ocupaciones del mundo exterior, bájate del –pre y –ocúpate.
Respira: aprende a respirar correctamente.
-Medita Aprende a dejar pasar los pensamientos sin querer callarlos, eliminarlos o engancharte con ellos. Sólo obsérvalos.
-Considera ¿Qué es para ti preocuparte? ¿Cuáles son tus creencias acerca de la preocupación? Quizás es tu forma de “hacer”.
¿O tu, qué opinas?
Nos vemos la próxima.
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