¿De qué manera las emociones determinan nuestro comportamiento?
¿Te ha pasado que haces algo y cuando te das cuenta, no sabes por qué lo hiciste, o ves a alguien comportarse de cierta forma y piensas que esta sobreactuado?
Si quieres saber por qué nos comportamos de cierta forma, el tema de hoy es para ti.
Para empezar a entender esto, hay que empezar por comprender de dónde parte una conducta. Hay varias variables o componentes en nuestros comportamientos, como educación, cultura, creencias, pero hoy nos vamos a enfocar en la relación que existe entre nuestras conductas o comportamientos con nuestras emociones.
Empecemos por identificar de dónde surgen las emociones. Las emociones surgen de las necesidades. Cuando una necesidad es satisfecha, nos sentimos bien, cuando no es satisfecha, surgen otro tipo de estados de ánimo. Ambos resultados, van a condicionar nuestra conducta.
Ej. Si necesito sentirme a salvo porque estoy parada a la mitad de una avenida transitada, voy a correr, empujar, gritar, lo que sea necesario para satisfacer la necesidad de seguridad.
Una emoción ya sea positiva; agradable o negativa; desagradable, nos lleva a actuar de una forma específica.
Las emociones desagradables nos llevan a dar respuestas desagradables, a actuar con malestar, a estresarnos. Cuando nos sentimos mal, cambia nuestra postura, nuestros ademanes, el tono de la voz. El cuerpo genera respuestas fisiológicas acordes a la emoción. Lo mismo pasa con las emociones positivas.
Las emociones no pasan por un proceso de razonamiento cognitivo, son reacciones o respuestas a algo. En este caso, a necesidades no satisfechas. Esta es una de las características que las diferencia de los sentimientos.
Por ejemplo, una emoción de miedo, puede paralizarnos, aumentar nuestra frecuencia cardiaca, hacernos sudar, temblar, etc. Estas son conductas que se generan de forma automática. No piensas en sentir miedo, simplemente lo experimentas.
Una respuesta emocional se activa cuando percibimos algo que esta pasando en nuestro entorno.
La emoción está ligada a nuestras experiencias y para esto necesitamos de la percepción. La percepción, lo que percibimos es lo que predetermina el tipo de emoción que va a surgir.
La percepción de lo que está pasando, le lleva información a nuestro sistema nervioso, y obedeciendo a la biología de nuestro cuerpo, el sistema nervioso va a generar una respuesta a nuestros estados emocionales, alterando y afectando nuestras conductas.
Tenemos emociones básicas que podemos identificar como las que responden a necesidades biológicas. Estas emociones pueden ser: ira, asco, miedo, alegría, tristeza y sorpresa. Las emociones básicas van a responder visceralmente sin la intervención de la razón.
Cuando a estas emociones básicas, las analizo, y las explico se vuelven emociones secundarias o sentimientos.
Si aprendemos a tomar el control de nuestra emoción, a través de la toma de consciencia del origen o razón de ser de la misma, entendiendo que la emoción esta cumpliendo con una función adaptativa cuyo fin es protegernos, entonces podemos identificar si la situación requiere que esta emoción se active o no, o que tan intensa tiene que ser la emoción.
Si aprendemos a cambiar o dirigir nuestra percepción del momento, podemos modular nuestras emociones y por tanto el comportamiento que resulta de la misma.
Si tu comportamiento no está siendo el adecuado ante una emoción, tómate un momento para analizar lo que está pasando. Si no lo puedes hacer en el momento, date un tiempo después para analizar lo que estaba sucediendo y cómo puedes cambiar tu percepción para experimentar una emoción distinta que te lleve a tener un comportamiento más adecuado.
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