¿Cómo quitarle lo aburrido a la rutina?
Te ha pasado que tienes que hacer algo y lo piensas y le das vueltas porque te da flojera, porque es algo que no te gusta, que te aburre.
Esto nos pasa mucho sobretodo con cosas rutinarias, por ejemplo, lavar los trastes, recorrer el mismo camino al trabajo todos los días, hacer la comida, dar la misma explicación a clientes, empleados, alumnos una y otra vez….
Pero hay una forma de cambiar esto, de romper con la rutina sin tener que renunciar a tu empleo o dejar que los trastes se acumulen o llegar tarde a trabajar.
Lo primero que tienes que tener claro, es que no “tienes” que hacer nada, que siempre puedes elegir.
Cuando pensamos que hacemos las cosas porque no tenemos opción, también se cierran las posibilidades a hacerlo diferente, porque el “tengo que” viene muchas veces de algo que alguien mas te dijo que tenías que hacer. Y cuando lo hiciste por primera vez, probablemente lo hiciste siguiendo las indicaciones o instrucciones de alguien mas.
Asi que empieza por cambiar el tengo que, por elijo.
Cuando nos hacemos consciente de nuestra libertad de elegir, nos apropiamos de nuestras decisiones y entonces al ser nuestras podemos hacerlas como queramos.
Cuando eliges algo, lo haces porque tu decisión te va a llevar a hacer o a disfrutar o a obtener algo que va a aportar a tu bienestar.
Si algo rutinario como lavar los trastes todos los días es súper aburrido, pero me hago consciente de que no tengo que lavarlos, que elijo hacerlo, porque para mi es más importante o satisfactorio ver mi cocina limpia, recogida en vez de ver el desorden que me genera ansiedad. Entonces pongo en la balanza qué es más importante para mi, qué es más valioso, que me hace sentir mejor y por eso elijo hacerlo.
Cuando elijo hacerlo entonces viene la segunda parte donde podemos aplicar la frase de Irene Etzkorn “No hay ningún proyecto aburrido. Sólo hay ejecuciones aburridas.”
¿Cómo puedo quitarle lo rutinario a una actividad? ¿Cómo puedo darle un giro para que no me resulte tan pesado hacerlo?
Quizás retomando el ejemplo de los trastes, puedo elegir juntarlos todos y lavarlos en la noche mientras que escucho un audio libro.
Quizás puedo probar con distintas técnicas, usando cepillos, o fibras ergonómicas con diseños divertidos.
Quizás puedo hacer de lavar los trastes una actividad familiar donde armo una especie de línea de ensamblaje donde cada persona esta encargada de un paso, uno recoge la mesa, otro lava, otro seca, otro guarda y lo hacemos todos juntos.
No se, aquí es donde entra tu creatividad y el permitirte romper las reglas, los viejos hábitos.
Aquí entra el pensar en hacer de cualquier proyecto algo diferente, algo divertido.
Aprópiate de tu proyecto, define tus reglas, cambia la forma de hacerlo y disfrútalo.
Empieza con cosas sencillas, ve probando y cuéntame cómo te va.
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