¿Cómo prepararse para evitar el síndrome de Nido vacío?
Si eres mamá o piensas serlo podrías experimentar el síndrome del nido vacío. Hoy te voy a dejar unas recomendaciones para prepararte para evitar padecerlo.
El síndrome del nido vacío es real. Puede afectar a ambos padres, pero las estadísticas muestran que hoy en día afectan más a las mamás. Esto va a ir cambiando por las adecuaciones en los roles en las familias en los que ambos participan cada vez más de las actividades o responsabilidades con los hijos. Pero por lo pronto, vamos a empezar por conocer de qué se trata esto.
¿Qué es el síndrome del nido vacío?
Los psicólogos lo describen como los pensamientos y emociones no positivas o desagradables que experimentan los padres cuando la casa se queda sin hijos, lo que genera respuestas emocionales ante su ausencia.
Esto puede ser un proceso de adaptación normal, pero si dura más de seis meses, ya no es sano y te puede llevar a necesitar ayuda por los estados emocionales que se presentan y sus consecuencias.
¿Qué pasa cuando experimentamos este síndrome?
Puedes sentir tristeza, vacío, sentirte sin rumbo, desmotivada, aburrida, deprimida, sin sentido. Puedes somatizar las emociones y sufrir mareos o dolores de cabeza, insomnio.
Como te decía, todos los cambios en la vida implican un periodo de adaptación y el ver que tus hijos se independizan puede generar sentimientos encontrados de felicidad y orgullo, pero también de tristeza y nostalgia.
Si quieres pasar por esta adaptación de forma sana, con un periodo de transición suave, toma en cuenta las siguientes recomendaciones.
1. Analiza tus creencias con relación a tus hijos.
Recuerda que los hijos son prestados, que lo ideal es justamente que los prepares para que puedan ser independientes en algún momento. Que se vuelvan auto suficientes para poder hacer sus vidas. Si crees que siempre van a estar contigo y esperas que nunca te dejen puedes estar generando una relación de codependencia que te lleve a autosabotear su desarrollo para retrasar la partida y cuando esto ocurra, lo vas a sufrir más de lo normal.
2. Olvídate de las expectativas.
Es común querer vivir las expectativas de la sociedad, de nuestros padres. El tipo de expectativas que nos dicen cuando y que estudiar, cuando casarse, cuando tener hijos. Muchas veces caemos en estas dinámicas, pero el problema es que nadie nos dice qué hacer cuando cumplimos con todo lo anterior y de pronto nos encontramos solas en casa sin un propósito claro, sin compañía, sin sentirnos útiles o necesitadas porque los hijos que ocupaban la mayor parte de nuestro tiempo ya no están. Así que no quieras vivir las expectativas externas, define cómo vas a vivir tu vida, planea para ti.
3. Revisa tu relación de pareja.
Cuando los hijos se van, en muchos casos la pareja se fractura. Una pareja se vuelca en la crianza, cada uno se hace cargo de sus responsabilidades, pero en el camino puede haber un distanciamiento lo que genera insatisfacción y a veces surge el deseo de separarse el cual se reprime por los hijos. Pero cuando los hijos se van, si no hay conexión, si no hay un reencuentro, proyectos o intereses en común, la pareja es la primera en sufrir las consecuencias del Nido vacío. La razón para seguir juntos ya no está.
4. No hagas de la maternidad tu única actividad o profesión.
En nuestra cultura sigue siendo común que las mujeres sean las que se dediquen al cuidado de los hijos. Esto no esta mal. Lo que está mal, es que consideres que es lo único que puedes hacer y te valides, reconozcas y definas por esta actividad. Si sientes que lo único que eres es ser mamá, cuando ellos se vayan vas a sentir que pierdes tu identidad, tu propósito, tu razón de ser.
5. Abre espacios para ti como ser individual.
Ligando la recomendación al punto anterior, la forma de evitar perdernos en la maternidad es manteniendo siempre espacios para nosotras, para quienes somos como individuos. No como esposa, madre, hija de, sino como un ser humano con necesidades, aspiraciones, proyectos, inquietudes que no necesitan estar relacionados con la maternidad para ser valiosos y tomados en cuenta.
¿Qué te gusta hacer? ¿qué planes quisieras retomar cuando tus hijos sean más independientes? ¿cómo puedes ir integrando y aumentando las actividades para ti a medida que tengas más tiempo?
Este para mi es uno de los puntos más importantes para evitar caer en las emociones asociadas con el Síndrome. Planea, sueña, conecta contigo, organízate para cumplir con la responsabilidad y compromiso de ser mamá, disfrútalo, pero no pierdas de vista que va a llegar el momento en el que tu agenda se vacíe de actividades relacionadas con esta parte de tu vida y el estar consciente de esto y preparada te va a evitar pasar un mal rato.
6. Planea a futuro.
Si planeas, vas a poder ir llenando los espacios con cosas para ti que te van a ayudar a estar lista. El cambio se va a dar paulatinamente y no vas a sentir el vacío de un día para otro, vas a hacer una transición suave a esta nueva faceta de tu vida. Haz listas de cosas que te gustaría hacer cuando tengas más tiempo, viajes, experiencias, estudios, proyectos. Incluye actividades sola y con tu pareja. Piensa como vas a conseguir lo que te propongas, esto va a mantener este espacio lleno y va a poder ir creciendo para evitar que sientas el vacío de la partida de tus hijos.
¿Qué opinas del tema de hoy? ¿Crees poder aplicar alguna de las recomendaciones? ¿Crees que te puedan ayudar a transitar suavemente por esa etapa de tu vida cuando se presente?
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