4 cosas que puedes hacer para resolver tus problemas
¿Qué es lo que más tiempo nos quita? ¿Qué es lo que más nos estresa?
En una palabra: problemas.
Cualquier tipo de problemas, en la casa, el trabajo, con la pareja, la familia, los hijos. Nuestra energía, atención y tiempo los destinamos en gran parte en tratar de resolver problemas.
¿Te has detenido a pensar qué tipo de problemas tienes? ¿Qué pasaría si en realidad no fueran problemas? ¿Cómo puedes resolver de forma más sencilla los problemas reales?
¿Qué tenemos que hacer para poder resolver nuestros problemas?
1. Define si tu problema es real. ¿Qué quiere decir esto? Hay cosas que suenan como problemas, pero en realidad no lo son. ¿Cómo sabes si es un problema que se puede trabajar para resolverlo? Pregúntate si es algo accionable. Si es algo sobre lo que puedas hacer algo. Si está en tu control. Distínguelos de expectativas o ideales. Por ejemplo: No puedo dormir pensando que hay niños en África que se mueren de hambre. ¿Esto es en realidad un problema para ti? ¿Es algo que tu puedas resolver? ¿Es algo accionable? ¿Puedes tu sola erradicar el hambre en África? Esto puede ser una situación, una circunstancia, un hecho de vida, pero no es un problema que pueda ser resuelto por ti.
Cuando identificas las cosas que no son accionables dentro de tu ámbito, te liberas de atorarte en algo que tu no puedes resolver.
2. Trabaja en el presente.
Para poder trabajar de forma efectiva con nuestros problemas, tenemos que partir del lugar donde nos encontramos hoy. ¿Qué quiere decir esto? Los problemas se trabajan en el presente. No podemos pensar en algo que va a pasar mañana o en un año y querer resolverlo hoy. Estas son suposiciones o predicciones que pueden llegar a hacerse reales o no. Pero dedicarle tiempo y atención a cosas que no son un hecho, las hace cosas sobre las que no puedes ejercer una acción específica en el presente. Empieza por identificar en dónde estas, para saber a dónde quieres ir.
3. Acepta que hay cosas que no puedes resolver. Cuando aceptas que hay cosas que no puedes resolver desde el lugar donde te encuentras hoy, recuperas la libertad de darle la vuelta a la situación y encontrar las partes más pequeñas de ese problema sobre las que si puedes hacer algo. Pueden ser problemas muy complejos pero siempre vas a tener algo de libertad para tomar acción y hacer algo al respecto. No te atores en cosas en las que no tienes ninguna posibilidad de éxito.
4. Abre tu mente. Empieza por aceptar tu realidad para poder abrirte a nuevas opciones que te permitan replantear tu problema para encontrar las soluciones adecuadas.
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