3 estrategias para dejar de esperar un mango cuando tienes un limón
Hoy les voy a dar 3 estrategias para dejar de esperar un mango cuando tienes un limón.
¿A qué me refiero con esto? Voy a empezar con una cita que me encontré que me encantó:
La vida es una constante lucha entre “lo que sientes” y “lo que es”. Y sólo hay dos formas de vivir en paz, una: que “lo que sientes” empate perfectamente con “lo que es”, o dos: tener el valor de aceptar “lo que es” a pesar de “lo que sientes”. -Odin Dupeyron
La voy a relacionar con el tema de las relaciones personales usando de pretexto que estamos en el mes de febrero, donde empezamos a pensar un poco en las relaciones. Que si los amigos, que si que si las relaciones amorosas, cualquier tipo de relación que sea podemos aplicar esta frase.
Ya hemos hablado mucho de trabajar con lo que es. Nosotros no podemos actuar, corregir o tener estrategias sobre cosas que no son reales. Nos cuesta mucho trabajo muchas veces, como dice la frase, adaptar eso que estoy sintiendo, estas expectativas, estas creencias, estos deseos a la realidad. Quisiéramos que el exterior se adaptará a lo que necesitamos, a lo que sentimos o a lo que queremos. Pero la realidad es que no es así.
Lo primero que tenemos que pensar cuando estamos en una relación -familia, trabajo, amigos, amorosa- el tipo de relación que sea, es que las personas no cambian por los demás. Podría parecer que sí, pero este tema de: “por mi va a cambia, “por amor va a cambiar”, “si yo lo fuerzo, si lo amenazo, si lo lo lo manipulo, va a cambiar”.
Ese es un cambio superficial, es como un paliativo y a final de cuentas acaba por acumularse malestar en la persona que se está queriendo adecuar a lo que estás esperando de ella o de él. De darse el cambio, no es un cambio honesto, sincero y realmente de fondo.
El primer punto de las tres estrategias es:
1. Las personas no cambian por los demás, cambian por que necesitan el cambio de forma personal.
Cambiamos por la necesidad inherente a nosotros. Cambio porque estoy dándome cuenta que me conviene más ser de otra forma, porque mi conducta me va a llevar a obtener lo que yo quiero, lo que yo necesito. Acuérdense que cuando le decimos que si algo le decimos que no otra cosa. Cuando yo le digo que si ese cambio, le estoy diciendo que no a tener los mismos resultados que no me gustan.
Nadie cambia por nadie cambiamos porque a nosotros nos conviene, porque nos beneficia, esa es la realidad. Mientras el cambio no represente un beneficio tangible, consciente para nosotros, nos va a ser difícil hacerlo de manera permanente, hacerlo de fondo. Quizás modifique conductas, adapte conductas, pero no es realmente un cambio de fondo.
2. Olvídate de las expectativas, acepta lo que es.
“Es que yo quisiera que mi limón fuera un mango”, “es que yo quisiera que fuera ordenado”, “es que yo quisiera que fuera detallista, que me trajera flores todos los viernes, que le gustara irse a comer con con mi familia todos los fines de semana, que me me llevará de viaje más seguido”.
Queremos o esperamos muchas cosas y el tema es que en el periodo de enamoramiento, en el caso de las relaciones amorosas, no nos damos cuenta y pasamos a un segundo plano o no le damos la importancia que deberíamos a las cosas que probablemente en el futuro no nos gusten de la otra persona, las minimizamos.
Esa expectativa de que “va a cambiar por mí” o “es que esto no es tan grave” o “es que va a ser diferente” no funciona. Para trabajar de forma asertiva, productiva que nos dé resultados, que nos permita además llegar a negociaciones para realmente hacer cambios de fondo, tenemos que partir de aceptar lo que es.
Tengo que aceptar a mi limón como es; ácido, agrio, de cáscara verde, es un limón. Mientras yo siga queriendo que sea un mango, voy a insistir en hacer agua de mango con un limón. En qué momento y cuando esa agua me vas saber a mango, jamás!
Voy a estarme frustrando y sintiendo mal, recriminando también a la otra persona porque no es lo que yo quiero.
Cuando aceptamos lo que es, podemos empezar a partir de ahí para tomar decisiones en consciencia y entonces pensar qué puedo hacer para trabajar mis temas reales, no con lo que yo quisiera que fuera.
3. Trabaja con la realidad.
Vamos uniendo todo y todo tiene que ver. Mientras no acepte la realidad, no voy a saber que tengo que hacer y no lo voy a poder hacer o no lo voy a poder mejorar hasta que acepte con que estoy trabajando. Hasta que acepte la realidad, no voy a poder adaptarme a ella y saber cuáles son los pasos específicos que tengo que dar para entonces definir qué es lo que realmente me va a dar resultado, qué es lo que realmente me va a funcionar.
¿Cómo podemos aplicar estos temas a las relaciones? ¿cómo trabajo con lo que es la otra persona? Nos cuesta mucho trabajo porque quizás viene un poquito el tema de toma de conciencia y la responsabilidad que nos toca a nosotros. Nadie nos obliga a estar con nadie y el decir “en que me metí y cómo es posible que no haya yo visto esto, no quiero ver la realidad” nos lleva a asumir las consecuencias de las decisiones. Mientras no lo hagamos, vamos a seguir en lo mismo y en el tema de relaciones, estas se van desgastando, va habiendo fricciones, va surgiendo cosas que deterioran la relación. Entre más cosas se juntan, muchas veces es más trabajo pues hay que escarbar y ver qué es lo que realmente hay de fondo.
Les dejo estas tres estrategias, les sugiero que las pongan en práctica, que vayan dándose cuenta y haciéndose concientes de cada una, de los pasos y vayan probando de a poquito. Acuérdense que siempre vamos primero por el progreso no tiene que ser perfecto, no tiene que ser para mañana, pero vayan abriendo un poco su mente a estas posibilidades y a ver qué cosas pueden hacer diferentes y vamos a ver cuáles son los resultados.
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